Sabes mi amor lo que hice de cenar?
Son diamantes en bruto en colchón de esmeraldas, también le puse perlas y algunas amatistas.
Falta el último toque, los puse a fuego lento, creo que un rato cenaremos...
La receta la encontré en un viejo libro de cocina que extrañamente se titula;
“Cocine sin culpa y sin dolor”.
Claro, cuando se trata de esquivar el dolor no hay alimento más certero que el que nos da
el reino mineral. Y nosotros conocemos de dolencias, vivimos abrazados a amargas jornadas desveladas.
Si este menú al fin y al cabo no resulta agradable a nuestro gusto, siempre tendremos la opción de acostarnos sobre zafiros y rubíes que tenía reservados para el postre…
15.01.2014
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