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viernes, 22 de enero de 2016

Volviendo a lo olvidado


Era un lugar hermoso, habían flores de todos los colores y un camino serpenteado que te llevaba a un hermoso jardín. En él, se podía apreciar una cabaña rustica, no muy grande pero de ventanales amplios, donde en noches de luna se podían apreciar los mejores cielos estrellados y de esplendidas auroras boreales.

Durante el día entraban los más maravillosos aromas impregnándose en la madera haciendo mucho más apacible al lugar.

...Era perfecto, y allí vivíamos nosotros.




En una mañana de primavera, un aire cálido que entraba por la ventana de la habitación me había despertado suavemente, poco a poco fui abriendo los ojos y sin poder distinguir entre el sueño y la realidad, miré hacia la ventana creyendo que seguía soñando.

La luz iluminaba todo alrededor y un aire de paz y tranquilidad me embargaba completamente. 

Giré mi mirada hacia el interior de la cabaña aún observando donde me encontraba, y sin poder creerlo aún, apareciste subiendo unas escaleras de madera; me viste y sonreíste amablemente mientras con cuidado te acercabas hacia a mi trayéndome un jugo matinal.

- Buenos días mi amor -me dijiste cuando estuviste más cerca- no quise despertarte antes, dormías tan tiernamente. ¿Cómo amaneces, mi vida?

- Maravillosamente - te respondí con una sonrisa en mi rosto, me incline y fue entonces cuando acercamos nuestros rostros para dar lugar a uno de los besos mas tiernos y suaves del día.

La mañana empezaba a transcurrir sintiéndose una melodía en el aire de perfección y felicidad...
Salimos al jardín, estábamos tan felices de estar juntos, de amarnos con tanta intensidad.

Pero no era cualquier día, estábamos celebrando nuestro aniversario de la manera mas sencilla y perfecta posible; comenzamos a jugar y a corretear en un ambiente de risas y alegría, hasta que finalmente me alcanzaste y caímos riéndonos sobre el prado de flores, nos abrazamos aún sin poder creer toda la felicidad que implicaba estar juntos.

Llegó el atardecer, el juego se había alivianado y nos encontrábamos muy próximos el uno del otro, estábamos hablándonos con profundad verdad y amor sobre nuestros sueños y todas las cosas y sueños que nos gustaría compartir juntos.

- Amor.... -me dijiste- Te amo tanto...

Me acariciaste la mejilla sonriéndome y aproximándote me diste uno de los besos más cálidos y dulces que pudiera recordar.

-Mi vida...estaré a tu lado siempre.-te dije

Entonces, al unísono y acercando nuestros rostros pronunciamos el Te Amo más profundo que nunca jamás hayamos dicho.

Este fue entonces, el momento más importante hasta ahora de nuestras vidas, porque la profundidad de nuestro amor se estaba manifestando en la sinceridad y verdad que reflejaban nuestras miradas.

Sin embargo, a lo lejos comencé a ver un acumulado de nubes grisáceas que venían hacia nosotros anunciando una tormenta. Quizás no estaba viendo bien, me levanté y me acerque aún más aun sin poderlo creer, ya que donde nos encontrabamos no se habia visto una tormenta jamás. Era extraño.
- ¿Que pasa mi amor? - me preguntaste
- Mmmm...- no quería preocuparte, y pensé que lo mejor sería acercarme y ver desde la cumbre de que se trataba...quizás no se dirigía hacia acá.
Interrumpiste mis pensamientos nuevamente...- ¿Amor? -
- Vengo en un rato mi vida, no tardo.- Te dije sin querer preocuparte.

Te bese, y me mezcle en el bosque de pinos y robles hasta subir hacia lo alto de la cumbre.

El viento empezó a soplar con más intensidad, traía un aire frío y extraño. No se cuanto tiempo transcurrió entre mi subida por la montaña y el bosque. Solo se que empezaron a caer algunas gotas de agua, y el cielo comenzó a ponerse aún más negro.

-Quizás no era necesario venir. -Pensé- ¡¡Ya esta acá!!

Rápidamente di vuelta y comencé a correr cuesta abajo hasta la cabaña, era de las peores tormentas que se podían avecinar, el movimiento de las ramas de los arboles se incrementaba con mucha más intensidad. Estaba muy agitada, y tenía mi corazón acelerado y angustiado.

Pero para cuando llegué, encontré todo gris y desolado.


- ¡¡No puede ser!! -grité- ¡¡Amor!! - dije aún más angustiada

Te empecé a buscar, pero no estabas allí...no había nada; las flores se habían ido junto con las hojas de los arboles, todo se había vuelto gris y triste.

No me había dado cuenta, pero pasó mucho tiempo hasta que pude regresar de nuevo. 

No había sido una tormenta común, era una que se había llevado hasta la más mínima manifestación de vida, o al menos fue lo que deduje en ese momento, sin embargo, lo más desgarrador fue el hecho de que ya no estabas.

Comenzaron a pasar los días...todos nublados y todos sin ti.

No sabía donde estabas, no sabía donde se había ido todo.

Con el pasar del tiempo comencé a darme cuenta, que aquella vez, no me había ido por un momento sino que había pasado una eternidad.

Comencé a recordar lo que había sucedido:

Cuando había ido a investigar, sin darme cuenta, había entrado a un bosque hechizado, un bosque donde el tiempo cambia, donde un minuto se convierte en un año y donde aleja cualquier instante de lo más parecido a la realidad.

Comprendí que te había dejado solo mucho tiempo, y lo que acabó a este jardín no lo fue la tormenta, sino mi ausencia. Lo único que hubo aquella vez fue un cielo gris con algunas gotas de lluvia, solo eso, pero estaba asustada y tenía miedo de perder todo lo que había llegado a amar.


Los meses comenzaron a pasar, comencé a acostumbrarme a tu ausencia, y a pensar que aquella mañana encantada de amor solo había sido producto de un hermoso sueño.

Mas sin embargo, algo dentro de mí me decía que no fue así, que fue real, y que aún estabas vivo.
En cuanto me di cuenta de esto, en cuanto lo sentí así, el solsticio de sol me restauro y devolvió en mi la magia que solía tener, me dio la energía que me hacía falta para volver la tierra a la vida y a las flores su aroma....

...para volver a la vida lo que había dejado...


























20.06.2015