El rey de todos, el Cóndor Safir, a diferencia de los demás, sus plumas del brillo como el oro, refleja el arco iris de los cielos y su vuelo es tan alto que puede divisar hasta los confines de los territorios.
Sus plumas de acero lo blindan y aunque pesadas le dan un vuelo liviano.
Ha alzado vuelo, su siguiente objetivo, bajo el mar oceánico. En picada como una bala, desciende rompiendo el agua, y agarrando a su presa con determinación y agilidad.
Entre sus garras lo saca a la isla más cercana.
El sol contrastaba la figura del Safir, pero sus alas se hacían más y más majestuosas, el brillo de sus ojos clavo sus última voluntad sobre su presa y de un destello cegador desapareció de la isla.
¿Que sucedió?
Es una leyenda, pero algo muy importante va a suceder. El Safir lo ha hecho todo, su sabiduría mantiene inquieto a los pueblos sobre el futuro de la tierra, el cielo y el mar. Pocas veces se le ha visto, más aún así, estatuas en su honor se han levantado, su símbolo es la fortaleza, determinación y sabiduría.
El sol contrastaba la figura del Safir, pero sus alas se hacían más y más majestuosas, el brillo de sus ojos clavo sus última voluntad sobre su presa y de un destello cegador desapareció de la isla.
¿Que sucedió?
Es una leyenda, pero algo muy importante va a suceder. El Safir lo ha hecho todo, su sabiduría mantiene inquieto a los pueblos sobre el futuro de la tierra, el cielo y el mar. Pocas veces se le ha visto, más aún así, estatuas en su honor se han levantado, su símbolo es la fortaleza, determinación y sabiduría.
10.03.2015